Edgard Morín en su primer saber
de la educación “las cegueras del
conocimiento “ , menciona que no hay un
estado superior de la razón que domine la emoción , sino un lazo entre el
intelecto y lo afectivo y de cierta
manera la emoción es pilar fundamental para el comportamiento racional .
Maturana sostiene que el lenguaje
es mucho más importante para convivencia de lo que habíamos creído. Al declararnos
seres racionales vivimos una cultura que desvaloriza las emociones, y no vemos
el entrelazamiento cotidiano entre razón y emoción que constituye nuestro vivir
humano, y no nos damos cuenta de que todo sistema racional tiene un fundamento
emocional.
Haciendo un paralelo con Morín,
declara que la Facultad de razonamiento puede decrecer y hasta desaparecer si
existe un déficit de emoción, y el debilitamiento de la capacidad para
reaccionar emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos
irracionales.
Ambos autores refieren que las
ilusiones, los errores y las equivocaciones son siempre a posterior y que los
seres humanos no pueden distinguir en la
experiencia entre la ilusión y la percepción.